Un cordero nacido en South Island, Nueva Zelanda, tiene siete patas (cuatro delanteras y tres traseras), además de varios trastornos, causas que podrían hacer que sea sacrificado.
Dos de las patas adicionales cuelgan detrás de las delanteras y no tienen propósito alguno. El animal tiene tres patas traseras, una de ellas con dos pezuñas. Al caminar se apoya en las dos patas delanteras normales y en las tres traseras.
El veterinario Steve Williams, de la Clínica para Animales de Canterbury en el vecino pueblo rural de Methven, dijo que probablemente hubo algún error en la formación del embrión que hizo que el animal tuviese siete patas.
Agregó que el carnero es hermafrodita y que tiene malformaciones en las entrañas, por lo que no puede defecar. Este veterinario sostiene la idea del sacrificio puesto que 'mantenerlo vivo sería inhumano'
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