Un grupo de médicos alemanes le ha sacado 6 de los 8 centímetros del instrumento de escritura que Wegner se clavó en la cabeza a los 4 años. La mujer llevaba el lápiz en la mano cuando, siendo una niña, se cayó y se le incrustó cerca del cerebro.
Desde entonces, ha tenido que convivir con fuertes dolores de cabeza y hemorragias nasales. Hasta ahora no existían técnicas de medicina que garantizaran el éxito de la operación.
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